Historia:

Historia: La granada es una fruta conocida desde la antigüedad, con especial significación en muchas culturas y religiones.

En la Antigua Grecia, representaba la vida, la regeneración y el matrimonio. El Zoroastrianismo, en la mitología persa refiere que Isfandiyar comió granadas y se volvió invencible. En el Judaísmo simboliza fertilidad, abundancia y santidad, el Budismo la considera uno de los tres frutos santos, representando la esencia de influencias favorables. En Japón es invocada, por las mujeres infértiles, una diosa que lleva granadas.

En China representa fertilidad, abundancia y prosperidad , para el Cristianismo es símbolo de resurrección y vida . En el Islamismo, el Coran describe el paraíso con cuatro jardines, incluyendo el granado, con especial papel en la fertilidad.

Originaria de Asia, entre Iran y el Himalaya, fue cultivada por toda la zona Mediterránea desde tiempos antiguos. Está extendido su cultivo por toda la India y las áreas secas del sureste de Asia, Malasia, y Africa tropical.

Los árabes la introdujeron en España y, en 1769, los colonos la difundieron por California, en cuyas zonas secas – además de las de Arizona- se sigue cultivando.

Ha sido utilizada por sus propiedades medicinales durante muchos siglos. Prueba de ello es que existen preparaciones de diferentes partes de la planta, y que está presente en el escudo de numerosas asociaciones médicas: la British Medical Association, el Royal College of Obstetricians and Gyneacologists o el Royal College of Physicians, entre otros.

Tradicionalmente, se le han atribuido numerosas indicaciones: sus frutos tienen aplicaciones para resfriados y gripe, así como también propiedades antipiréticas, refrescantes y correctoras organolépticas. La corteza se prescribe en uso tópico para heridas y ulceraciones dérmicas, bucales y eritemas, así como por su acción antidiarreica.